viernes

El transporte urbano es un peligro

 Nohemi Apaza Alata
Son las 6:50 uff, me levanté tarde, hora punta para las combis, los buses vendrán toditos llenos, ya en el paradero pasa uno y no me recoge, pasa otro tampoco me recoge, después de estar parada varios minutos,  aparece el tercero y  por fin pude subir a como de lugar, me colgué como sea de los pasamanos, que aburrido¡¡¡¡… seguían subiendo más y más  pasajeros, no sé cómo entraban, pero seguían subiendo, ya no sentía nada, pareciera que me estarían aplastando y peor aquellos niños que iban al colegio, a mi parecer ya se asfixiaban, mientras el cobrador con su descaro y torpeza seguía gritando ¡avance, avance al fondo, al fondo entran cuatro!. Claro, por supuesto, muchas veces este problema favorece a los delincuentes para hacer sus fechorías, a veces en complicidad con los choferes y los boleteros. El viaje de 15 minutos parecía interminable, el claxon irritable de los carros bulliciosos, los gritos desordenados de los boleteros, estresa. Por fin pasado los treinta minutos pude llegar al paradero final,
 ¡oh que sorpresa! casi me caigo porque el boletero anunció su partida antes que pisara el suelo, pero igual recién pude respirar y seguir mi rumbo.
Así día a día, el transporte urbano sigue siendo una bomba del tiempo, donde los boleteros se creen los dueños de la pista y hacen lo que quieren con los pasajeros,  donde simplemente nadie puede reclamar sus derechos, ¿acaso la ciudad del Cusco es un centro populoso para no poder controlar este desorden del transporte?, ¿Quién tiene que dar la iniciativa? el transportista o los usuarios, dejo a la opinión de todos los ciudadanos quienes son los directos maltratados por los transportistas.